7/9/06

Entérese si sufre adicción al e-mail.

El correo electrónico puede convertirse en una costumbre adictiva. Y, en realidad, mucha gente es adicta al e-mail sin tener noción de ello. Uno de cada seis trabajadores usan el mail más de dos días laborales en una semana.

Son múltiples los factores que han contribuido a la epidemia de adicción al e-mail que estamos viviendo actualmente. El e-mail pasó a ser mucho más que una herramienta de comunicación: hay también quienes lo utilizan para manejar sus agendas y sus contactos, delegan acciones de trabajo y hasta lo tratan como un registro formal de hechos.

Para el psicólogo de empresas Andrew West, "nuestra relación con el e-mail es de amor-odio. Hay un componente de bienestar en el hecho de recibir e-mails, un sentimiento de que la gente nos quiere si nos escribe. Pero los mails no deseados pueden ponernos muy nerviosos. Es una relación muy contradictoria."

Este test puede servirnos como un alerta ante los riesgos. O para tranquilizarnos si advertimos que no caímos en la trampa.

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(c)The Guardian y Clarín.
Traducción de Cristina Sardoy.

Adicción al correo electrónico

EL uso compulsivo del correo electrónico afecta a un porcentaje cada vez más alto de usuarios, según varios estudios difundidos recientemente. Una investigación publicada en Gran Bretaña afirma que dos tercios de los usuarios de e-mail tienen una conducta adictiva y que una de cada cinco personas son "correodependientes".

Según otro trabajo realizado durante 2005 en los Estados Unidos, un 41 por ciento de los encuestados declaró que controlar el correo electrónico es lo primero que hace al levantarse, antes incluso que tomar un café. Uno de cada cuatro usuarios consultados afirmó que no podría estar sin el servicio de e-mail más de tres días.

La encuesta, elaborada por America Online junto con Opinion Research, reveló que el usuario medio dedica una hora al día a esta tarea, y que confía en el e-mail tanto como en el teléfono para establecer contacto con otras personas. Además, un 77 por ciento de los participantes dijo tener más de una cuenta de correo, y la media de esas direcciones postales virtuales se acerca a tres.

La dependencia llega a ser tan fuerte en algunos casos que seis de cada diez personas dijeron que chequean el correo electrónico incluso cuando están de vacaciones, mientras que el 47 por ciento accede a sus cuentas personales en su lugar de trabajo, aunque esporádicamente. Por otra parte, casi un tercio reconoció que chequea el correo electrónico en la cama y el 12 por ciento, en medio de una clase.

El 75 por ciento de los encuestados confesó ser adicto o estar dominado por esta tecnología, situación que parece estar alargando la jornada laboral, ya que el 54 por ciento de los empleados que utiliza el correo electrónico en el trabajo entra en su buzón antes de las 9 de la mañana, y vuelve a hacerlo a las 5 de la tarde (los hay incluso que lo comprueban a las 6 de la mañana y a las 12 de la noche). En tanto, en los últimos doce meses, la cantidad de mensajes enviados aumentó un 47 por ciento.

Según una encuesta encargada por la compañía Symantec en España, un 43 por ciento de los usuarios piensa que el acceso a sus buzones de correo fuera de la oficina los hace más eficientes, y casi un tercio, que esa acción disminuye el estrés.

La adicción al e-mail no es más que un efecto colateral del impresionante crecimiento que este tipo de servicios tuvo en los últimos años. Dicha circunstancia ha puesto en el ojo de la tormenta la utilización de esta herramienta durante el horario de trabajo. Para algunos, el uso del e-mail con cualquier finalidad dentro del horario laboral es nocivo, distractivo y hace bajar la productividad. Para otros, en cambio, ahorra tiempo y gastos de comunicación y favorece el rendimiento de los empleados.

En cualquier caso, la adicción al correo electrónico crece vertiginosamente y ya comienzan a evidenciarse efectos no deseados.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/

Saludos Cordiales
Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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