10/9/06

Los cambios por el envejecimiento pueden favorecer el trastorno mental

La prevalencia de la depresión en los ancianos es muy alta porque en ellos confluyen numerosos factores que predisponen a que se desencadene la enfermedad. La pérdida de la salud, por ejemplo, que le condiciona y le hace más dependiente aparece como causa principal de la depresión en los mayores de 65 años.

Además, están las enfermedades crónicas, la pérdida de familiares -especialmente la de sus parejas-, la merma de su capacidad económica, la pérdida del rol en la familia y los cambios producidos tras la jubilación, que implican un cambio brusco en la actividad y en las relaciones sociales.

Por otra parte, existen factores biológicos que, si bien por sí mismos no generan depresión, si que pueden contribuir a que se produzca este estado cuando confluyen otras circunstancias. Se trata de los cambios producidos en la estructura cerebral, en el aparato neurotransmisor y en los sistemas hormonales que hacen que el organismo sea más vulnerable.

En algunos casos, los efectos secundarios de los medicamentos pueden favorecer la aparición de un cuadro depresivo.

Predisposición genética

Algunos tipos de depresión afectan a distintos miembros dentro de la misma familia, lo que hace suponer que se puede heredar una predisposición biológica.

Se ha comprobado que existe un perfil psicológico más propenso a sufrir depresión. En general, son las personas con baja autoestima, escasas habilidades sociales y falta de recursos para resolver problemas quienes padecen en mayor medida trastornos depresivos.

También algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Los accidentes cerebrovasculares, los ataques al corazón, el cáncer y los trastornos hormonales figuran en la lista de las patologías que pueden llevar a sufrir una depresión.

Los especialistas aconsejan la cautela a la hora de valorar los síntomas ya que, a menudo, las personas mayores tienen reservas a la hora de hablar de su estado de ánimo y los datos que aportan son síntomas exclusivamente físicos.



Saludos Cordiales
Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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