17/1/07

Expertos en Psiquiatría aseguran que el temperamento de un niño de 6 meses permite predecir futuros trastornos

Los chavales hiper reactivos pueden convertirse en agresivos si no aprenden a manejar las emociones desde pequeños, según la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil

Redacción, Sevilla, (17-01-07).- Evaluar los rasgos temperamentales de un niño de tan solo seis meses permite predecir la vulnerabilidad hacia los trastornos psiquiátricos que se pueden desarrollar en el futuro, según apuntó el doctor Pedro Benjumea, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla, durante el último Congreso de la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil celebrado recientemente en Sevilla.

Tal y como afirmaron los expertos, el temperamento es el precursor más temprano de la personalidad, un rasgo que explica la conducta de los niños y viene determinado por una base biológica acompañada de un componente hereditario.

De esta manera, el temperamento del niño puede apreciarse en ciertas situaciones ante las que demuestra reactividad o pasividad así como en el manejo de las emociones. "Si un niño no tiene capacidad de control y se muestra hiper reactivo", explicó el doctor Benjumea, "es más vulnerable para sufrir trastornos que comporten violencia o agresividad. Y niños que demuestren una emoción negativa, pueden tener más tendencia a padecer trastornos de tipo depresivo o ansiedad".

Para los padres, detectar algún tipo de alteración en el temperamento de su hijo puede venir determinado por ciertas señales que se aprecian en el ritmo de sueño, el ritmo de comidas, el encuentro con otras personas ante las que responde con llanto o irritabilidad, mínima capacidad de estar relajado y sonriente, etc. Estas pistas pueden ser el indicio de qeu existe alguna patología detrás.

"Medir dicho temperamento es factible", aseguró el doctor Benjumea. "De hecho, ya es posible tomar la temperatura de ambos tímpanos -que, a fin de cuentas, es una membrana cerebral- con un termómetro de infrarrojos y conocer la actividad sanguínea en cada hemisferio. En niños en los que hay asimetría en la temperatura existente entre ambos hemisferios permite predecir una capacidad de control, si hay mucha actividad en el lado izquierdo frente al derecho, o una tendencia a las emociones negativas y la irritabilidad, si es al revés. Esta prueba ayuda a entender alguna de las bases biológicas del temperamento".

Poder describir esos rasgos temperamentales puede servir para dar a padres y profesores normas para modular en lo posible esos rasgos inestables en el niño. Para ello, el doctor Benjumea recomienda, ante todo, un buen estudio desde el punto de vista psicológico y psicopatológico porque "es la mejor arma de prevención". Una vez estudiado, hay que poner en marcha acciones para ese niño y pistas para orientar a los padres, de la mano del psiquiatra y los equipos de salud mental, a manejar esos rasgos presentes en su hijo.

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