2/3/16

¿Cómo evitar que el cerebro aprenda en "piloto automático"? [2-3-16]



¿Cómo evitar que el cerebro aprenda en "piloto automático"?

El nombre clínico es activador reticular, una porción minúscula del cerebro del tamaño del meñique. Sharon Bowman la llama "secretaria cerebral".

"Levanten el meñique", ordena Bowman a dos docenas de administradores judiciales en un seminario de instrucción en el Colegio Nacional Judicial. "Y repitan conmigo 'la secretaria cerebral'".

Es una parte importante de la lección con que la ex maestra escolar _hoy instructora corporativa_ intenta algo que muchos consideran sumamente difícil. Trata de enseñar a ejecutivos de empresas poderosas, empleados judiciales y profesores universitarios a dejar de lado sus manuales y enseñar a sus estudiantes y colegas de manera convincente sin que éstos se distraigan.

O como sugiere el título de uno de sus libros, "Cómo evitar dormirse en clase", según una traducción libre de "Preventing Death by Lecture".

El sistema activador reticular (SAR) es una red neuronal que se extiende desde el tronco cerebral hasta la corteza, que filtra los estímulos sensoriales entrantes, permitiendo así que la atención se focalice en las entradas críticas ignorando lo secundario. El estado de alerta es el resultado de la acción del SAR sobre la corteza cerebral.

Bowman explica que la "secretaria cerebral" pone el cerebro en piloto automático cuando ejecuta una tarea repetitiva, como la de manejar por un camino harto conocido rumbo al trabajo. Es enemiga de la enseñanza.

"La secretaria cerebral está programada para encargarse de la rutina. Dice 'Ya lo he hecho. Lo tengo dominado. Tu mente puede tomarse un descanso'", afirma.

Si de pronto aparece un perro frente al automóvil, la secretaria cerebral "llama a la puerta del cerebro pensante", que entra a tallar.

"Hay que mantener activo el cerebro del que aprende", les dice a los estudiantes en el Colegio Judicial.

Y arroja una pelotita de goma a un participante. O le pregunta súbitamente a otro algo trivial. O voltea brevemente un proyector.

"La investigación demuestra que si uno deja a un grupo de adultos sentados y escuchando durante más de siete minutos, sus mentes empiezan a divagar con fantasías sexuales", dice Bowman a sus alumnos mayormente de mediana edad, que han pasado la mayor parte de los dos días anteriores oyendo disertaciones tradicionales de jueces, abogados y expertos legales.

"¿Realmente tarda siete minutos?", pregunta uno de los oyentes y provoca la risa general.

Bowman se pone a correr pasillo arriba y abajo. Voltea los proyectores. Dibuja en un caballete. Arroja objetos.

"Muévanse. Hagan una pregunta. Muestren un vídeo. Usen un elemento de utilería. Hablen más bajo... lo que a mí me cuesta", dice.

"Hagan cualquier cosa que acalle la secretaria cerebral", agregó. "Aprender es directamente proporcional a cuánto nos divertimos".

La nativa de Los Angeles que enseñó en primaria y secundaria principalmente en California y Nevada durante 23 años decidió a mediados de los 90 que había llegado la hora de hacer algo distinto.

"Enseñar es mi pasión, pero necesitaba un auditorio diferente", explicó en una entrevista recientes.

Bowman se gana la vida ahora escribiendo libros y dando presentaciones a empresas como Exxon, MetLife, AT&T y Adelphia Communications. También diserta en universidades, seminarios de instrucción escolar y asociaciones profesionales.

Tim Christian, gerente de instrucción de AT&T en Minneapolis, encomió el "estilo animado, lleno de energía" de Bowman mientras promovía uno de su media docena de libros, incluyendo "Cómo presentarlo para que impacte".

Denise Ammaccapane, directora de entrenamiento de Sodexho USA Inc., ha seguido los principios de Bowman desde que asistió a una sesión hace más de un año, y ha tratado de incorporar sus ideas en una de las mayores empresas de servicios alimenticios en el mundo.

"Son verdaderamente los pequeños detalles que uno hace durante la sesión los que establecen la diferencia", afirmó.

Lori Gaskin, vicepresidenta de asuntos académicos en el Colegio Comunitario del Lago Tahoe, dijo que la presentación de Bowman al cuerpo docente del establecimiento y a líderes empresariales locales demostró "las estrategias variadas y originales que hacen de la enseñanza un arte".

Bowman cree que las universidades comunitarias en particular podrían beneficiarse con esas tácticas originales.

Bowman considera que es más fácil hacer llegar su mensaje a los directorios de las empresas.

"Su último objetivo es el rendimiento de sus inversiones", afirmó. "Por eso, si el entrenamiento de sus empleados no funciona, tienen que reentrenarlos".

¿Cuáles son los auditorios más difíciles con los que ha trabajado?

"Los docentes de las carreras universitarias de cuatro años porque están acostumbrados a enseñar del modo que siempre lo han hecho", dijo. "Una vez que les pagaste la matrícula, te quedas allí hasta el final aprendas o no aprendas nada".

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