31/7/16

Fobia social, un trastorno que paraliza y aisla

Fobia social, un trastorno que paraliza y aisla

El miedo a hacer el ridículo en público es más común de lo que parece

info7.mx

Sudar, temblar y estar mareado, son síntomas típicos de las personas que padecen fobia social. Sabrina es una de esas personas que padecen este trastorno.

El miedo a hacer el ridículo en situaciones en que se tiene que interactuar con otras personas, los simples actos de hablar con alguien, realizar exposiciones escolares o conferencias o hasta cuando se come o bebe en público resultas muy complicados para quien padece fobia social.

Este tipo de trastorno generalmente comienza en la juventud, cuando los niños ingresan en la pubertad y comienzan incluso a separarse de sus familias.

El contacto con las personas de la misma edad en esta etapa es más frecuente, lo que genera inseguridad en algunos chicos. Si bien no es muy frecuente, la fobia social también puede afectar a niños en edad preescolar.

A diferencia de las personas que son solamente tímidas, los individuos que padecen fobia social se ven limitados de manera extrema en su interacción con otra personas. El miedo puede prolongarse a lo largo del tiempo.

En el caso de Sabrina, quien padeció este trastorno, sus miedos llegaron al extremo cuando comenzó a estudiar. No iba a clases ni se atrevía a hablar con los profesores y apenas tuvo contacto con su familia.

Hasta que un consejero de la universidad le recomendó hacer una terapia. Sabrina logró tomar coraje para esta decisión un tiempo después. Buscando en Internet conoció a otras personas afectadas y juntos terminaron formando un grupo de autoayuda.

"Me ayudó mucho poder hablar con otros que me entienden. Nadie juzga a nadie. De esta forma gané confianza e hice nuevos amigos", dice hoy en día.

La terapia conductista es el mejor tratamiento para este problema. La idea es que los afectados aprendan pequeñas técnicas para enfrentar situaciones difíciles. En la mayoría de los casos, los miedos van variando a lo largo de la vida.

Los especialistas advierten que los afectados no ganan nada con estrategias defensivas. Sabrina logró dominar su fobia con la ayuda de la terapia conductista y el grupo de autoayuda. Además, asiste a cursos en los que se entrena en retórica, idioma corporal y la confianza en sí misma. Hoy día asegura: "Ya no trato de evitar las situaciones que me dan miedo, sino que aprendí a enfrentar mis temores".

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