8/4/06

Las señales que anuncian violencia doméstica *

Las señales que anuncian violencia doméstica

Aseguran que gestos de los hombres que parecen ser románticos a veces son síntomas de futuros momentos violentos. También la vigilancia, la manipulación y la amenaza de castigo ante una infidelidad.

Le cae de sorpresa con la excusa de que le trae flores de regalo. La llama cada dos horas para ver cómo está. Le pregunta por qué tardó tanto tiempo entre ir a hacer una compra y volver a su casa. Le señala que sus amigas le parecen vulgares. O que ella no puede manejarse sola ni con un auto ni con el dinero.

Con esos comportamientos, él se justifica diciendo que sólo quiere protegerla. Pero todos esos comportamientos, que se repiten con mucha frecuencia, pueden ser tácticas que predicen que ciertos hombres ejercerán algún tipo de violencia contra la mujer, según reveló un estudio que será publicado en diciembre en la revista especializada Personal Relationships, publicada por Blackwell Publishing, en los Estados Unidos.

Al hacer encuestas en tres grupos diferentes, uno integrado por hombres, otro de mujeres y un tercero con maridos y esposas, el grupo de Todd Shackelford, de la Universidad Atlántica de Florida, y otros investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, y de la de Kassel, en Alemania, identificaron que la vigilancia directa sobre la mujer era el rasgo de predicción más mencionado.

Por vigilancia, los investigadores en psicología incluyeron los momentos en que los hombres "caen inesperadamente para ver qué estaba haciendo" su pareja. O también que los hombres les niegan presentarles a sus amigos varones o que monopolizan el tiempo en encuentros sociales.

"Nuestra investigación indica que los hombres que usan una variedad de comportamientos de control no violentos también son proclives a abusar físicamente de sus parejas", afirmó Shackelford, al ser consultado por Clarín por correo electrónico.

La manipulación emocional, como por ejemplo cuando un hombre le dice a su pareja que "se moriría si lo deja", también fue considerada como un preanuncio. Y en la lista también se incluyó la amenaza explícita de castigo ante la posibilidad de que la mujer le sea infiel.

Los investigadores dividieron el trabajo en tres partes. En las dos primeras, preguntaron a 461 varones, que tenían un promedio de 24 años, y a 560 mujeres (de 21 años en promedio) sobre los comportamientos de los hombres para retener a la pareja. En la tercera parte, pidieron a maridos y sus esposas que contaran sobre conductas de retención de los hombres y de violencia contra las esposas.

Hay más indicadores: cuando él se pone celoso porque ella muestra mucho interés en otro hombre, cuando hace una ostentación de sus "recursos" ("te compré el mejor reloj que había") y también cuando él da señales públicas de posesión de la mujer (como tomarle férreamente la mano cuando aparecen otros hombres).

"Considero que es un estudio relevante, ya que jerarquiza la variable de género como generadora de violencia", opinó María Rosa Rivero, presidenta de la Asociación Argentina para el Desarrollo Integral de la Familia. Y agregó que "los hombres sostienen la violencia contra la mujer al considerarla como un objeto de su propiedad que necesita ser dominado".

Según Rivero, las mujeres en pareja o con novios deberían estar atentas a la frecuencia de esas tácticas para evitar problemas futuros. "Muchas veces, las mujeres piensan que los celos, el control o el aislamiento de sus familiares, del trabajo o de las amigas son actos de demostración de amor por parte de los hombres. Sin embargo, esas actitudes pueden llevar a momentos de violencia contra las mujeres."

Mónica Dohmen, coordinadora docente de la especialización en violencia familiar de la Facultad de Psicología de la UBA, señaló que la violencia en la pareja se puede desarrollar en distintas fases. El hombre acumula tensión hasta que se produce una "eclosión violenta": desde golpes físicos hasta violaciones sexuales. También puede ejercer violencia económica, al no dejarle manejar su propio dinero, o una violencia psicológica, al aislarla de su familias, sus amigos y hasta de salir a cualquier lugar.

Después de la "eclosión violenta", señaló Dohmen, puede venir una fase de "calma amante o de segunda luna de miel", en la que "el hombre jura que no volverá a ser violento y trae regalos como flores y hasta un viaje a Europa. Al principio, fueron hombres que, en cualquier ámbito público, parecían atentos, amables, considerados...


Espíritus cobardes
Oscar Angel Spinelli
ospinelli@clarin.com

Así como una patota golpea a un indefenso. O barrabravas que destrozan a un hincha contrario. Quizá como un sujeto con un arma que impunemente asesina a una persona desarmada. Y como cualquiera ejerciendo poder y jugando con la vida del otro. Parecido a la tortura. Cobardías. Los justificativos psicológicos resultarían inútiles. Alguien sometiendo al débil lleva la injusticia en la piel. Su mano sólo tiembla cuando se siente amenazado. El egoísmo lo lleva a cometer terribles actos. La perversión podría ser su modo de vida. Es la peor cobardía, la del espíritu.


Control, celos y posesión

Los indicios de que un hombre podría ejercer violencia contra la mujer, según el estudio realizado por investigadores en psicología de los Estados Unidos y Alemania, son:

Control directo: que se ejerce cuando el hombre vigila excesivamente dónde está la mujer, la oculta de sus amigos y le pretende manejar el tiempo y su agenda de actividades.


Incentivos intersexuales negativos: que pueden aparecer con una explosión de celos, una amenaza de castigo ante el temor del hombre a la infidelidad, una manipulación emocional o del compromiso, o por desacreditar a posibles competidores.


Incentivos positivos: la ostentación de recursos, la mejora de la apariencia, el cuidado y el afecto o la sumisión también pueden encubrir maltratos.


Señales públicas de posesión de la mujer: como cuando un hombre habla ante sus amigos de su mujer como si fuera una propiedad.

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