12/6/06

La ansiedad y tensión emocional un problema actual

En estos tiempos frenéticos en que nos toca vivir, la gran mayoría de las personas sufren de ansiedad: fiel compañera del estrés cotidiano.

En estos tiempos frenéticos en que nos toca vivir, la gran mayoría de las personas sufren de ansiedad: fiel compañera del estrés cotidiano.

La palabra ansiedad es sin duda muy utilizada en el vocabulario popular. Se emplea frecuentemente como referencia al estrés diario y hasta se le ha asignado un sentido poético, como en aquella canción "Ansiedad, de tenerte en mis brazos".

Actualmente se describe a la ansiedad como un sentimiento persistente de tensión y de expectativa, acompañada por inquietud, aprensión, fatiga, sensación de peligro y reacciones físicas como respiración excesiva, palpitaciones, opresión en la región estomacal, alteraciones respiratorias y otras manifestaciones nerviosas. Un síntoma inicial muy común es la tensión, es decir, la incapacidad de relajarse.

A medida que nuestra sociedad se vuelve más compleja, la presión que actúa sobre cada individuo crece y los trastornos de ansiedad pueden convertirse en una grave enfermedad. De hecho en los últimos años han aumentado significativamente por la constante tensión emocional a la que estamos cotidianamente expuestos.

Todo el mundo sabe que la vida moderna, especialmente en las grandes ciudades, es fuente permanente de ansiedades y de contrariedades, de las cuales es preciso liberarse, siempre que sea posible, para bien de la propia salud y para poder convivir normalmente con los demás. Pero es cierto que no todas las personas logran relajarse, olvidar los problemas y las constantes preocupaciones de esta época. Un mismo dato de la realidad puede causar ansiedad y/o angustia en una persona y en otra, resultar absolutamente tolerable. Saber cuál es el mejor método para relajarse es tan difícil como definir ciertas sensaciones como fatiga, tedio, ansiedad, tensión o frustración, que son precisamente las que hacen necesario y conveniente recurrir a un buen relajamiento. Este, por sí solo, no resolverá el problema pero podrá ayudar a la persona a sentirse mejor consigo misma, al menos temporariamente.

En todos los casos, la ansiedad es producida por la acción conjugada de dos fuerzas opuestas: una tensión instintiva aumentada y el temor a que cualquier comportamiento destinado a aliviar dicha tensión pueda causar efectos desastrosos.

La verdad es que nadie es ajeno a sus síntomas. ¨Quién no ha sentido fuertes palpitaciones cuando se está en peligro, o la necesidad de morderse las uñas como si fueran un delicioso manjar? Todas estas son respuestas perfectamente normales ante eventos que provocan estrés, pero uno podría preguntarse ¨cuándo la ansiedad se convierte en patológica? Yo diría que cuando sus signos se agudizan y comienzan a interferir en el desarrollo de las actividades cotidianas alterando la conducta normal, ahí es momento de preocuparse.

Ahora bien, ¨cuáles son los síntomas de la ansiedad? Los síntomas físicos y emocionales que delatan la presencia de un estado de ansiedad son: transpiración excesiva, náuseas o malestar abdominal, vértigos, mareos, falta de aire, nudo en la garganta, fuertes palpitaciones, insomnio, cansancio, entumecimiento, sensación de pinchazos de agujas, fuertes dolores de cabeza, agitación e inquietud (o sea una tendencia a incrementar la movilidad), nerviosismo, preocupación constante, miedo, hipersensibilidad. Estos son algunos de los síntomas más frecuentes, pero la ansiedad puede causar una amplia variedad de señales que afectan a varias partes del cuerpo, y que en muchos casos son difíciles de diagnosticar. Algunos de los trastornos psicológicos asociados a la ansiedad son: los trastornos de ansiedad generalizada, los causados por estrés post-traumático, las fobias, los trastornos de pánicos, los trastornos obsesivos compulsivos y los trastornos depresivos, entre otros.

Queda claro, no obstante, que la ansiedad por sí sola no es patológica y puede llegar a constituir un estímulo positivo en determinadas circunstancias. También es posible encontrar personas que transforman la ansiedad en una "herramienta" eficiente en sus actividades.

¨Qué causa ansiedad? Probablemente no existe una situación o condición aislada que cause un trastorno de ansiedad por sí misma. Existen innumerables situaciones humanas y sociales que provocan ansiedad. Sin embargo, hay detonantes físicos, emocionales y socio-ambientales que al combinarse, pueden provocarlo.

Ciertas personas, por la misma naturaleza de su trabajo (los ejecutivos y gerentes, por ejemplo) se ven a menudo sujetas a situaciones que generan ansiedad. Evidentemente, los problemas de trabajo no son las únicas causas posibles de la ansiedad.

Como la mayoría de los trastornos emocionales, la ansiedad suele tener sus raíces en problemas de interrelación personal, ya sea en forma directa o a nivel de las estructuras de la sociedad. Los conflictos internos son también una fuente de ansiedad bastante común.

Se considera además que es posible también que una persona pueda desarrollar o heredar una susceptibilidad biológica ante estos desórdenes.

La mayoría de los autores especializados en el tema coinciden en que tanto la herencia como las sustancias químicas del cerebro, la personalidad y las experiencias de la vida, son factores que parecen estar implicados en la aparición de los trastornos asociados con la ansiedad. Por lo tanto, a la hora de formular un diagnóstico, el psicólogo deberá tener en cuenta las situaciones difíciles que el paciente enfrenta, su nivel intelectual y cultural, su situación económica y su estado psicofísico

¨Cómo se puede ayudar a las personas que padecen un trastorno de ansiedad? Para ayudar a estas personas se han desarrollado varios métodos de relajación y de psicoterapia que tienden a atenuar los síntomas de la ansiedad. También existen tratamientos psicofarmacológicos, utilizando fármacos como los tranquilizantes o ansiolíticos que sirven para reducir la ansiedad a límites soportables, lo que hace posible el tratamiento psicológico de estas personas.

La mayoría de los métodos de relajamiento buscan enseñar al individuo que los adopta cómo disminuir su propia tensión muscular mediante una serie de ejercicios.
Probablemente la más conocida -y la más antigua- de dichas técnicas sea el yoga, que ayuda a controlar mejor las reacciones del cuerpo. Análogamente, el sauna, los baños turcos, los masajes y otros tratamientos a base de calor, tienden a producir efectos semejantes.

Los ejercicios físicos, los cambios de actividad mental y las técnicas destinadas a disminuir la tensión general, constituyen los tres tipos básicos de relajamiento.

Tan sólo una cosa es segura: para la mayoría de los individuos, una determinada cantidad de ejercicio es imprescindible para llevar una vida equilibrada. Entre las razones para que así sea está el hecho de que el ejercicio o la actividad física es, en sí misma, una forma de relajamiento. Llevar a cabo alguna actividad física no sólo hace bien a los músculos sino que promueve un cambio de ánimo, alejando de la mente el trabajo, las preocupaciones cotidianas y las ansiedades que estas situaciones provocan.

Existen muchas otras actividades que ayudan a relajarse, liberar tensiones y disminuir el incremento de ansiedad. Muchas personas encuentran en la pesca la fórmula ideal para esto. Otras prefieren desviar la mente de las actividades cotidianas concentrándose en trabajos manuales absorbentes que exigen gran pericia y paciencia. Hay quienes eligen formar parte de un grupo de teatro, actividad que les permite escapar de la rutina y entrar en un mundo pleno de fantasía.

En síntesis, relajarse es cambiar: cambiar de ánimo, de intereses, de desafíos.

Es importante por lo tanto construir nuestra vida en torno de una variedad razonablemente amplia de intereses. Quien sólo vive para el trabajo (o, como en el caso de muchas mujeres, sólo para el hogar), se aburre y es vulnerable. Para este tipo de personas una buena manera de relajarse es interesarse por algo totalmente diferente cada día, algo que les brinde una oportunidad de realizarse en un campo nuevo de actividades.

Poco importa cuál sea esa actividad, lo importante es no mostrarse demasiado exigente respecto a las que puedan parecer triviales o incluso tontas. Lo fundamental es que el individuo saque provecho y satisfacción de su elección.

Todo el mundo necesita tener de vez en cuando una válvula de escape porque no hay duda que las emociones o tensiones contenidas y acumuladas generan ansiedad.
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Saludos Cordiales

Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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