Aunque tradicionalmente las tasas más elevadas de suicidio se han dado entre personas de edad avanzada, hoy ha pasado a ser la tercera causa de muerte entre las personas de
La gente es más proclive a quitarse la vida en Rusia, Bielorrusia, Ucrania, países bálticos y Hungría, con tasas de suicidio superiores a 45 por 100.000 habitantes (la media mundial era de 16 por 100.000 en el año 2000); los países menos afectados son los latinoamericanos, los musulmanes y algunos del continente asiático. Poco se sabe de la situación en África, donde la información al respecto es escasa. Las tasas de suicidio más bajas de Europa, inferiores al 10 por 100.000, se dan en los países mediterráneos (Grecia, Italia, Portugal y España) y en Gran Bretaña.
Por regla general, hasta la década de los setenta, la tasa de suicidio aumentaba con la edad y alcanzaba el máximo entre las personas mayores. Ahora ha bajado en este sector de población debido a las mejores condiciones de ingresos, de salud y de calidad de vida; en cambio, ha aumentado en otros tramos de edad.
En Francia, el suicidio ha disminuido un 18% desde 1993 entre los mayores de 60 años, pero ha aumentado un 6% entre los adultos de
Otro dato preocupante es el aumento de intentos de suicidio entre los jóvenes europeos de
Entre los factores de riesgo de suicidio, tanto en adultos como en jóvenes, se encuentran diversas circunstancias que pueden provocar desesperación: pobreza, desempleo, pérdida de seres queridos, rupturas familiares, violencia doméstica... También tienen un peso importante los antecedentes familiares de suicidio, o de abuso de drogas o alcohol.
Ahora bien, en la mayoría de los casos estos factores no son por sí mismos determinantes. La conducta suicida suele gestarse en personas con trastornos mentales y con un rico historial de impulsividad, agresividad e inestabilidad. Según
La importancia del fenómeno del suicidio ha llevado a diversos países a tomar medidas preventivas. En Francia, donde acaban de celebrarse las Jornadas nacionales de prevención del suicidio (cfr. "Le Monde", 7-02-2007), existen programas de seguimiento de los grupos de riesgo, como el del Centro Popincourt en París. Este centro intenta trabajar en relación con organismos donde es más probable que haya personas en situación difícil. Allí acuden desempleados con graves problemas, para aprender a combatir los sentimientos de soledad y aislamiento. "La prevención del suicidio –explica Vincent Lapierre, uno de los responsables del centro– pasa por el restablecimiento de la relación social, pero de una relación de aceptación".
Otro modo de aprender a prevenir el suicidio es la "autopsia psicológica", practicada en países anglosajones y en Finlandia. Esta técnica consiste en que, después de un suicidio, se interroga al entorno familiar, social y laboral de la persona que se ha quitado la vida. Con ello se pretende reconstruir las circunstancias que le llevaron al suicidio y acumular experiencia para prevenir casos semejantes.
Saludos Cordiales
Dr. José Manuel Ferrer Guerra
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